La pesadilla de María (nombre ficticio para proteger a la víctima) empezó hace once meses cuando un conductor de Uber con un coche de Uber le dio por detrás mientras ella estaba esperando para aparcar su coche.
El conductor del Uber reconoció su culpa en el momento, diciendo que eso le había pasado por ir mirando para otro lado. Sacó los papeles del coche para poner los datos en el parte amistoso, pero no quería dar sus datos propios porque decía que el coche era de la empresa, a pesar de haber causado él el accidente. María en el momento del golpe había llamado a emergencias y una patrulla de la policía local de Pinto, lugar en el que sucedieron los hechos, acudió al lugar.
Los policías le dijeron al conductor de Uber que tenía que dar sus datos y firmar el parte amistoso y el conductor dejó anotado junto a la firma «por orden de la policía municipal».
Ya en el mismo momento del accidente a María le estaba doliendo la espalda, por lo que los policías le dijeron que fuera inmediatamente a urgencias a un hospital y así lo hizo.
Desde entonces María está de médicos con fuertes dolores; unos dolores acreditados por médicos de la Seguridad Social, de HM Hospitales, Ruber, Quirón, La Milagrosa y otros centros médicos. María fue a rehabilitación e incluso al psicólogo, porque no podía más con todo lo que le estaba pasando, pero, a pesar de ello, Reale Seguros se niega a indemnizarla. Como le dijo a María uno de los médicos que le trataron, cuando le contó lo que le estaba pasando: «¿Pero qué interés vamos a tener nosotros en mentir?». Obviamente no pueden estar equivocados todos los médicos de la Comunidad de Madrid».
Ya en marzo, antes de que ni María ni sus abogados hubieran hecho todavía reclamación alguna a Reale Seguros, esta compañía había mandado a la compañía de seguros de María, una carta de rehúse negándose a pagar indemnización alguna, algo que María descubrió muchos meses después. Junto a la carta de rehúse adjuntaron un informe médico pericial, que en la página dos decía «la Sra. Larios» y María no es la Sra. Larios, lo que demuestra que el médico había cogido una plantilla de otro paciente y había cambiado cuatro datos. También adjuntaban un informe biomecánico que no decía la verdad, porque decía que el coche que le había causado el accidente iba a menos de 16 km/h, algo imposible, porque yo he trabajado en seguros y a menos de esa velocidad, al otro coche apenas lo tocas y ni causas daño al coche ni a la víctima. Además, vean ustedes cómo quedó la esquina delantera del Uber y juzguen si esto puede pasar a menos de 16 km/h, porque esta foto la tomó María en el momento del accidente:

Al enterarse de todo esto María contactó con el director de comunicación de Reale Seguros, quien le dijo que le mandara un email. A raíz de eso el responsable de autos de Madrid contactó con ella y le pidió que le mandara los informes médicos que tuviera y María de buena fe lo hizo. María incluso contactó por email con el CEO de Reale Seguros, Ignacio Mariscal, quien le dijo que estaba de viaje, pero que cuando volviera a Madrid se interesaría por lo ocurrido, pero nunca más volvió a contestar a sus mensajes.
El responsable de autos le dijo que para poderle ofrecer algo, María tenía que ir a que le viera su médico. Cuando a María le llamaron de la clínica y le mandaron un sms para citarle con el médico, María buscó en internet información sobre ese médico y al ver las reseñas malas que había sobre él, se temía lo peor. Escribió a Reale Seguros y a la clínica para decirles que esperaba que el médico le atendiera bien, pero no obtuvo respuesta.
Imaginando lo que podía pasar, María entró a la consulta con la grabadora del móvil encendida y ese médico en seguida le dijo que él había recibido el email y que alguna de esas reseñas era cierta. Todo apunta a que por ello ese médico actuó con dolo y saña, pues hizo un informe con mentiras, algo fácilmente comprobable comparándolo con los informes médicos que ella tiene, por el cual Reale Seguros se negó a pagarle indemnización alguna, negando el nexo causal. Por cierto, hasta la aseguradora de María le pagó las medicinas muchos meses después, reconociendo así implícitamente el nexo causal, porque si no, no se las hubieran pagado.
En una de las conversaciones telefónicas que María tuvo con el jefe de autos, María le preguntó: «¿Tú qué harías si el accidente lo hubieras tenido tú, tu mujer o tus hijos?», a lo que el responsable de Reale Seguros contestó: «¿Yo? Demandar». Pues eso es lo que va a hacer María, porque no le dejan otra opción, ya que Reale Seguros no ha querido indemnizarle por la vía amistosa.
En esa segunda carta de rehúse que Reale Seguros le mandó a María, adjuntaba el informe de ese médico y otro informe biomecánico, que contradecía al anterior, pero en el que también ponía que el coche de Uber iba a menos de 16 km/h, algo que evidentemente no es cierto. Como dice María, «iba al menos a 30 km/h, porque no frenó hasta que chocó con mi coche».
María puso una queja contra ese médico en Deontología del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid y en la respuesta a la queja, ese médico alegó que nunca había explorado a María, algo que no es cierto, como demuestra la grabación que tiene María y que es válida ante un juez, pues ella está presente en esa conversación, y como demuestra también el consentimiento firmado que el médico le hizo firmar en la consulta antes de explorarla, así como el sms que le mandó la clínica citándola a consulta con él. Además, el médico alegaba que él no había hecho un informe pericial, sino simplemente un informe médico, algo que también es mentira, pues Reale Seguros identifica en el informe a ese médico como perito. Por todo ello, sin duda para mí como periodista, el informe de ese médico no tiene validez ninguna.
Después, ese médico le mandó un burofax a María a su casa, después de haberle puesto la queja, algo que puede incluso considerarse un delito de coacciones, pues ese médico tiene su dirección por los informes médicos, por Reale Seguros o por el Colegio de Médicos, pero esa dirección no puede usarla para molestar a la víctima de tráfico en su propia casa. María no cogió ese burofax, porque, como había recibido también un mensaje de un individuo hablando en nombre de la empresa propietaria del coche que le causó el accidente amenazándola con difundir las fotos de su coche e insultándola, se tuvo que ir de su casa, dejándosela a unos amigos.
María informó a Reale Seguros de todo lo que estaba pasando, sin recibir respuesta alguna.
Por si fuera poco, Reale Seguros tiene ese VTC asegurado como vehículo de alquiler sin conductor, algo que no se puede hacer y, al parecer, no es el único VTC que tiene Reale Seguros mal asegurado de esta manera, como podéis ver en esta noticia que publicó el compañero de Infobae:
En la imagen podéis ver la póliza del seguro del coche del Uber que embistió a María, en la que aparece mal asegurado como vehículo de alquiler sin conductor, en vez de como VTC:

A María todavía no le han dado el alta por estabilización, porque como le dice el médico de traumatología que le hace el seguimiento cada vez que va, «pero cómo voy a darte el alta así, es imposible» y es que cada vez que el médico explora a María en la camilla, esta pega un salto de los dolores que le produce simplemente el que la toquen. Ese mismo médico ya en verano le dijo: «Ve pidiendo la discapacidad, porque la vas a necesitar».
María tiene pedida la discapacidad hace meses, pero en Madrid están tardando entre año y medio y dos años en responder a las solicitudes y no se lo quieren agilizar.
Mientras tanto, María, cada vez que sale a la calle tiene que hacerlo con un cinturón lumbar de Thermarcare y analgésicos para soportar los dolores y aún así le duele.
A María ya todo le da igual, porque se ha tenido que ir de su casa por las amenazas sufridas, perdió su trabajo, porque a los cuatro días de coger la baja por el accidente de tráfico, le hicieron un despido ilegal,… En este tiempo se ha enfrentado a abogados que lo único que querían es que cogiera el alta médica rápido, a pesar de estar con dolores, para reclamar su indemnización, a médicos como el de Reale Seguros a los que sus dolores parecen no importarle, a aseguradoras que solo piensan en el dinero, sin importarles los dolores de las víctimas de tráfico,… Pero María tiene claro que va a llevar a Reale Seguros a juicio, porque tiene numerosos informes médicos que acreditan sus dolores a raíz del accidente y hasta la víspera del mismo ella hacía dos horas diarias de ejercicio y trabajaba la mayoría de tiempo de pie y no le dolía nada. Ahora no puede planchar ni hacer las cosas de la casa, porque no aguanta ni dos horas de pie, no puede trabajar de pie y tampoco puede estar muchas horas sentada, pues como le dice el médico, «como estés muchas horas sentada te destrozas el lumbago».
María sabe que su vida ha cambiado y que su espalda nunca volverá a estar como antes, pero también tiene claro que va a luchar para que se haga justicia hasta el final.
María también contactó con Uber, pero no quisieron ayudarla. Simplemente recibió una llamada para investigar lo sucedido, pero a ella no quisieron darle la información de la aplicación del conductor de Uber, pues si este iba en un servicio activo, también deberían indemnizarla.
A todo esto hay que sumar que una de las mayores flotas de VTC, de la que Uber tiene el 30% de participación, está pidiendo conductores para trabajar, a los que no les exige tener más de seis puntos de carnet… ¿Os dais cuenta de la gravedad del asunto? Os podéis montar en un VTC, cuyo conductor ya ha perdido la mitad de los puntos por infracciones varias. Yo puedo presumir de que jamás me he montado en un VTC y jamás lo haré.
Al igual que otros compañeros periodistas, a raíz de la gravedad de lo sucedido, he contactado con Reale Seguros y con Uber para pedir explicaciones, sin recibir respuestas. Incluso he contactado con directivos de la Dirección General de Seguros, puesto que no pueden permitir que Reale Seguros siga teniendo coches VTC asegurados como vehículos de alquiler sin conductor, sin recibir una respuesta satisfactoria.